El destacado analista internacional Farid Kahhat escribió a través de su cuenta de Facebook sobre la caída de Hosni Mubarak luego de 30 años de gobierno. A continuación el texto completo:

Sí, ya sé, no es el fin de la historia. Todavía cabe la posibilidad de que el régimen autoritario logre sobrevivir bajo camuflaje militar, o podría sobrevenir el caos, o etc. etc. etc. Pero anoche el desenlace que parecía más probable era un baño de sangre, y esta mañana lo que hace un mes parecía una quimera se ha convertido en realidad.

Este es un hito fundamental: con Mubarak en control del Estado una transición democrática era virtualmente imposible, ahora esa es una posibilidad real. La lucha política continuará y los militares intentarán aferrarse a todas sus prerrogativas, pero la relación de fuerzas entre los actores políticos ha cambiado significativamente. Sin la voluntad de reprimir como herramienta fundamental de negociación  (probablemente por temor a que la orden sea ignorada por los mandos medios o la tropa), los militares están a la defensiva.

Pero todos esas incógnitas comenzarán a despejarse a partir de mañana. En lo que a mí respecta, por hoy dejaré de pensar en el futuro, y comenzaré a celebrar.

Esta es la segunda parte:

Creo que la multitud congregada en la plaza Liberación es una razón poderosa para el optimismo. Allí estaban creyentes y no creyentes, y estos últimos permanecían de pié, pero guardando un respetuoso silencio cuando los primeros se inclinaban para rezar. Y protestaban, pero también rezaban juntos musulmanes y cristianos.

Mujeres con y sin velo estaban en primera fila, adquiriendo un protagonismo inusual en la osciedad egipcia. Las manifestaciones fueron absoluta y escrupulosamente pacíficas, pero cuando fueron agredidos por la policía o los matones del régimen, supieron defender sus derechos a brazo partido.

Más aún, cuando capturaban a alguno de los matones, lo interrogaban para luego liberarlo sin causarle daño. Se formaron cadenas humanas para proteger el museo antropológico, y para evitar ayer la toma por asalto de la estación oficial de televisión. Y aquí no hay de por medio idealización alguna: todo lo que he descrito es absolutamente verídico y constatable.